A veces,
hay que tomar distancia para ver las cosas con más tino. Y para tomar esa
distancia necesaria para vernos a nosotras mismas como realmente somos,
estuvimos hablando sobre la historia de Hércules.
Hércules
era hijo de un dios, Zeus, y de una humana, Alamena. Pero Zeus estaba casado
con Hera y la diosa no llevaba bien sus infidelidades. Hércules era la
evidencia viviente de lo pendón que le había salido el marido, por lo que Hera
lo odiaba profundamente. Así que, aprovechando la ventaja que le daba ser diosa, le provocó un ataque de locura en el transcurso
del cual, nuestro héroe mató a su esposa y a sus hijos. Horrorizado por lo que
había hecho, Hércules huyó al desierto.
Entonces,
apareció el rey de Micenas, Euristeo, y le propuso a Hércules superar 10 pruebas
para purgar su pena. Euristeo pensaba sacar provecho de la situación
encargándole a Hércules solucionar ciertas cuestiones que necesitaban de su
fuerza casi divina.
Las pruebas
acabaron siendo doce porque dos fueron anuladas. No vamos a contar aquí todas ellas
pero sí una: la de limpiar los establos de Augías. Augías había sido bendecido
con un rebaño que no enfermaba nunca por lo que era el más grande del mundo.
Pero Augías era un poco marrano y no había limpiado los establos nunca en la
vida. Hércules se horrorizó cuando vio toda aquella suciedad y solo encontró
una forma de limpiarla: desviar los cursos de los ríos Alfeo y Peneo para que
pasaran por los establos y los dejaran como una patena.
Esta prueba
sirve para vincular a Hércules con nuestro día a día, en el que las pruebas que
tenemos que superar no dejan de sucederse. De forma improvisaba enumeramos las
12 pruebas a las que debemos enfrentarnos cada día:
- Soportar el enfado del marido por tonterías o incluso por nada.
- Aguantar el mal humor de los adolescentes.
- Aguantar las rabietas de los niños y el llanto de los bebés.
- No tener derecho a ponernos malas.
- No tener vacaciones.
- Tener que pensar y hacer de comer todos los días.
- La limpieza de la casa.
- La compra (y que no falte para comprar).
- Mantener el orden en la casa.
- Llevar el control del dinero.
- No poder salir a divertirnos y olvidar tantos problemas.
- La ropa: que esté limpia, comprar la que falta.
Al enumerarlas y hablar de ellas, nos dimos cuenta de todo lo que tenemos que hacernos cargo.
Vamos a
acabar con otra de las pruebas de Hércules. En concreto con la que consistía en
quitarle a Hipólita el cinturón que le había regalado Ares. Hipólita era la
reina de las amazonas y la madre de una heroína de los tebeos con la que no nos
queda más remedio que sentirnos identificadas: Wonder Woman.
No hay comentarios:
Publicar un comentario